Sin lugar a dudas, fueron muchos los factores que dieron origen a la extinta Unión Patriótica, pero vale la pena resaltar a uno en particular que influyó de forma determinante en éste proceso, la necesidad de buscar una alternativa diferente a la de la guerra para alcanzar la tan añorada paz.

Desafortunadamente y como veremos mas adelante, esa necesidad de paz que teníamos los colombianos, y que aún tenemos, no era común a toda la población, lo que motivo que aquellos que no sentían esa necesidad, es más, que se oponían a ella, entraran a ser parte activa en este conflicto, acabando de la forma más simple pero abominable con ésta propuesta, es decir, masacrando a todos los militantes de la UP.


La Unión Patriótica nace en el año de 1985 y en sus inicios fue muy controvertida porque uno de los actores sociales que mas impulsó su surgimiento fueron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), a tal punto que muchos de los miembros de dicha guerrilla dejaron las armas para incorporarse a ella. Con el paso del tiempo tomó distancia de cualquier actor armado y la lucha por la paz se convirtió en su bandera política.



Acontinuación presentamos los actores que hacen parte de éste conflicto:

VICTIMAS PRIMARIAS: Son aquellas victimas sobre las cuales recaen las consecuencias del delito. En el caso de la masacre de los miembros de la Unión Patriótica, estas víctimas son sus dos candidatos a la Presidencia que fueron asesinados: Bernardo Jaramillo Ossa y Jaime Pardo Leal (Presidente de ASONAL Judicial). Además, otros dirigentes políticos como ocho Congresistas, 13 Diputados, 70 Concejales, 11 de sus Alcaldes y mas de 3000 militantes o simpatizantes que también fueron asesinados por grupos Paramilitares. Entre estas tres mil víctimas habían sindicalistas, amas de casa, académicos, desmovilizados de las FARC, estudiantes, etc.





VICTIMAS SECUNDARIAS: Son los familiares y testigos que han tenido que sufrir los malos tratos en el proceso de atención, posterior al acontecimiento del hecho violento. En este caso se reconocen las familias de las víctimas de la UP y los testigos que han participado en las investigaciones realizadas; todos ellos han tenido que soportar las amenazas de grupos al margen de la ley, que tienen un interés particular por callar la verdad de lo sucedido en las décadas de los 80´s y 90´s. Por lo general, se han visto obligados a exiliarse en otros países puesto que el gobierno Colombiano no les ha ofrecido las garantías necesarias para salvaguardar sus vidas.
Ivan Cepeda, Representante de MOVICE (Movimiento de Victimas de Crímenes de Estado) e hijo de Manuel Cepeda, dirigente de la UP asesinado por Agentes del Estado.
VICTIMAS TERCIARIAS: Este tipo de víctimas es el resultado de la victimización de las primarias y las secundarias. Se caracteriza por sus efectos: fama en los medios de comunicación, la ovación por parte de grupos extremistas quienes se solidarizan con el sufrimiento que han tenido que padecer las victimas y la  posibilidad de venganza que esta nueva imagen les concede. Dentro de este grupo se encuentran los sobrevivientes al BAILE ROJO y sus descendientes.

Los actores que propiciaron este genocidio son múltiples. Por un lado tenemos a los PARAMILITARES, individuos de extrema derecha que se negaron a aceptar una ideología diferente a la suya; por otro lado están los AGENTES ESTATALES como algunos militares y políticos; asimismo la clase dirigente del país, que rechazaban la posibilidad de liderazgo de grupos de izquierda, y por último LA MAFIA Y EL NARCOTRÁFICO, actor que financió numerosas campañas políticas, ejércitos paramilitares y hasta prestó ayuda logística para desaparecer a los seguidores de la UP.


Agentes del Estado, entre los cuales estuvieron involucrados Generales de la República, Comandantes, Mayores, entre otros miembros de las FF.MM.
José Gonzalo Rodríguez Gacha, quien perteneció al Cartel de Medellín. Fue solo uno de los tantos lideres de la Mafia que participo del genocidio.
Los Paramilitares, que se agruparían mas tarde en las denominadas Autodefensas Unidas de Colombia.





EL ESTADO COLOMBIANO: Teniendo en cuenta que, vergonzosamente nuestro Estado estuvo implicado en este conflicto, puesto que algunos de sus agentes (militares sobre todo) estuvieron involucrados, Colombia debe responder por un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos. Ademas, nuestro Estado también debe responder por omisión, puesto que en ningún momento impidió la realización de estos actos de barbarie. De hecho, actualmente ante la evidente participación de Agentes del Estado en este genocidio, y ante la negligencia de los Gobiernos en investigar, ya recaen sobre Colombia varias condenas de Organismos Internacionales (entre ellos la CIDH).

LA COMUNIDAD: Esta juega un papel importante en la atención y rehabilitación de las víctimas, ya que éstas deben reintegrase a la sociedad para, de alguna manera “superar el sufrimiento” al cuales fueron sometidas. Cabe resaltar que la violencia en contra de las víctimas se extiende a las comunidades a las cuales pertenecen, pues estas a su vez también resultan de alguna manera vulneradas.
La comunidad juega el rol de veeduría durante el proceso y es clave en las investigaciones que se realicen. En el caso particular de la masacre de la UP, la comunidad ha velado porque se haga justicia, en cuanto a que aportan datos que son muy útiles para esclarecer la verdad. Y no hay que dejar de lado la presión que ejerce sobre la justicia colombiana para que se efectúe la reparación integral a las víctimas de estos hechos. 



El daño que se le causo a la sociedad con el exterminio de los miembros de la Unión Patriótica es claramente un daño político. Puesto que se trata de una ofensa o crimen que “por su magnitud, permanencia en el tiempo, sistematicidad, pero sobre todo intencionalidad moral” tiene por objetivo lesionar valores políticos en una comunidad, de sostener o modificar un esquema político.

En esta situación concreta de la UP, este daño se baso en exterminar a los miembros de este partido para que no llegaran al poder. Lo que se realizo mediante homicidios sistematizados, torturas, desplazamiento forzado, desapariciones y otras atrocidades más.

En Colombia se pueden identificar dos tipos de violencia política: la que atenta contra los derechos humanos, donde su ofensor es el Estado y la violencia político social que se encuentra  en manos de actores no identificados cuyo actuar está motivado por razones políticas. Ejemplo: grupos Paramilitares.

Por ello se puede deducir que lo que motivo a los actores de este conflicto a cometer estos crímenes de lesa humanidad es:

Los agentes del Estado que participaron en estos hechos lo hicieron impulsados por su afán de obtener el poder, de ganar las elecciones, para conservar todas las prerrogativas que el Gobierno de turno les otorgaba.

Las clases dirigentes del país participaron en este genocidio por miedo a que el poder les fuera arrebatado y ya no pudieran seguir controlando el destino de la nación.

Los paramilitares, siendo de extrema derecha,  actuaron motivados por el rechazo que sentían hacia un régimen de  izquierda.

Mientras que el Narcotráfico, actuó motivado por el dominio de la tierra. En aquella época las FARC conservaban su ideología revolucionaria, de la lucha por la equidad social. Trabajaban por la repartición de las tierras a los campesinos. Los narcotraficantes buscaban el dominio de las tierras para la siembra de cultivos ilícitos, lo que origino desplazamiento de miles de campesinos. Ello ocasiono una verdadera guerra entre estos grupos al margen de la ley. Hoy en día, las FARC deslegitimaron sus propósitos, para dedicarse a al negocio de los estupefacientes. De hecho en la actualidad, colaboran con el narcotráfico para este fin, cediéndoles rutas de acceso para la fácil exportación de la droga hacia países de primer mundo. 


El autor Johan Galtung afirma que la violencia se encuentra determinada y sostenida por bases estructurales y culturales. Por una parte se entiende por base estructural las relaciones injustas que subyacen de los medios de producción, fuerzas productivas, instrumentos de producción, regímenes de propiedad y el tipo de régimen que domina la sociedad. Lo que conlleva a la existencia de desigualdades, inequidad y transformación de las relaciones de poder.

Por otra parte se entiende por base cultural la producción y reproducción de significados. En este sentido nos enfocaremos en “la venganza” como forma de justicia y obligación moral y el “ventajismo” que trata de aprovecharse de los otros e impedir que se aprovechen.

Para explicar la dimensión psicosocial de este conflicto, se debe analizar primero el contexto histórico en el cual tuvo lugar.

Era la década de los 80´s, un periodo donde Colombia padecía una oleada de violencia que parecía no tener fin. En 1986 se intentaba llevar un proceso de paz a raíz de lo sucedido con el Ejército Nacional y el M-19 con la toma del Palacio de Justicia. La población intentaba sobrevivir en un ambiente de desconfianza e inseguridad; diariamente ocurrían atentados donde terminaba siendo la población civil la más afectada. Tanta violencia llevo a que el gobierno tomara medidas desesperadas para hacerle frente a esta situación, lo que genero que se comenzara a sacrificar presupuesto destinado a salud, educación e infraestructura y se destinara para la guerra interna.

La población se resigno y se volvió conformista y tanta violencia termino por insensibilizar a las personas, como si fuera esta la mejor manera de defenderse de la realidad social por la que atravesaba el país.

Los indicadores de bienestar mostraban una realidad precaria. Esto disparo aun más la violencia en nuestra nación. Las malas condiciones de bienestar social dieron origen a que se fracturara la estructura de la sociedad. El afán por obtener dinero le dio fuerza a los grupos del narcotráfico y esa guerra entre Farc-Paramilitarismo-Narcotraficantes alimento en los hombres el ventajismo y la sed de venganza.

El conflicto se torno peligroso por el alto compromiso emocional que mostraban las partes actoras. Los ofensores actuaron motivados por sus intereses propios como lo mencionamos anteriormente, negando los intereses del otro y se llego a ver a este como enemigo, a tal punto de atentar contra su dignidad humana (los actores que mencionamos al iniciar este análisis, destruyeron, motivados por sus intereses propios, el proyecto político de la UNIÓN PATRIOTICA, acabando con las vidas de los que creyeron en este partido de la forma más inhumana y cruel. 

No se respeto ordenamiento jurídico alguno, se atentó contra el bien común, los paramilitares fueron incapaces de ver a las personas de izquierda como seres humanos, estaban convencidos que sus propósitos genocidas eran legítimos y el desprecio por la vida del otro se justifico por el temor de perder la propia vida (su vida en el plano político).


Aunque la Justicia en Colombia apenas está dando resultados en las investigaciones que se abrieron para el caso del BAILE ROJO, aun queda mucho por hacer. La Justicia se ha preocupado por sancionar, estableciendo y tazando penas privativas de la libertad para todos los agresores, pero no se ha hablado o establecido en concreto una forma de reparar integralmente a los sobrevivientes y sus familias. Se le ha quitado la identidad a las víctimas y ahora todas forman parte de un gran archivo denominado "víctimas del genocidio de la UNION PATRIOTICA”. El Estado busca culpables, busca castigos. No obstante, de cierta forma también es responsable por omisión, pero hasta ahora apenas se están calculando las victimas por indemnizar. Se han hecho grandes esfuerzos por las víctimas mas recientes, pero las de hace dos decadas, como por ejemplo las del BAILE ROJO, están en lista de espera, porque el Estado no cuenta con los recursos para responder a las casi 3000 víctimas mortales que dejaron estos sangrientos hechos.

Es necesario hacer una reflexión acerca de que la Justicia Restaurativa no solo es una indemnización en dinero, sino una reparación integral (moral, física y psicológica).





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